VideoBlog #PaseoAbajo: La muerte de las gacelas, por Juan Torrijos
No resulta fácil hilvanar unas letras sobre la muerte de las Gacelas, ese animal esbelto y grácil en peligro de extinción, en la finca experimental del Parque de la Hoya sin tener los oportunos conocimientos. Según los científicos por culpa del exceso de ruido generado por los conciertos de Alamar organizados por Diego Cruz y Mar Vázquez, el primero responsable de fiestas, la segunda alcaldesa de la ciudad. Ahora toca echar balones fuera, y según el ayuntamiento el volumen del sonido no pasó del que pueda producir un móvil. Muy lejano se le ha ido el balón, señor edil de festejos. Piensa uno.
No sé si científicamente se puede demostrar que las gacelas hayan muerto por culpa de ese ruido, y nos tengamos que fiar de lo que nos digan los técnicos del centro, que me temo es lo que pueda ocurrir. Llenaremos las páginas y los titulares de las tertulias sobre la inocente muerte de las gacelas, y tengan por seguro que las voces se levantarán en contra del ayuntamiento de Almería. Primero fue el cartel, ahora son los conciertos en un recinto que fue pues en solfa por los técnicos.
Lo cierto, desde el punto de vista político, es que el ayuntamiento ha tenido muy mala suerte con la muerte de las gacelas. No han sido oportunas, cierto es, y siempre se podrá achacar a los conciertos. Y mucho me temo, María del Mar, que la oposición te lo va a hacer pagar. Son las cosas que tiene la política en estos tiempos en los que hay que hacer sangre del contrario, como sea y de la forma que sea, y en esta ocasión la oposición ha encontrado un clavo con la muerte de las gacelas al que agarrarse con fuerza.
Vamos a convertir entre unos y otros el sonido de los conciertos en artículo de fe. Habrá científicos que lo unan a la muerte de las gacelas, y otros que dirán que es imposible de demostrar. Y nos tocará, como dogma de fe impuesto desde los dos grandes partidos, tomar una de los dos sendas.
A los que no nos paga ningún partido político, ni formamos parte de grupo subvencionado alguno, y para colmo de males no tenemos conocimientos para saber de qué murieron las gacelas, ya me dirán ustedes qué camino, de los dos presentados, vamos a tomar. No sé de qué murieron las gacelas, me puedo creer una o las dos partes, como ninguna de las dos, y me gustaría que algún científico, sin connotaciones política ni intereses en la cría de las actuales gacelas en Almería, nos pudiera informar en su momento, en esta cuestión no debemos tener prisa, algo de calma no nos vendría mal, qué es lo que ha producido la muerte de las cuatro gacelas almerienses. Mientras, María, entiendo que te van a sacar las gacelas en todos los frentes. Solo hay que asomarse a las redes y ver las entradas producidas sobre la muerte de las gacelas almerienses por culpa de un concierto musical. El ruido mata.
